Viernes, donde estabas?

Viernes... una semana que por fin llega a su fin. Quizás no haya sido la peor, pero si una de las más intensas. Empezó la semana y todo se hundió, acaba y no es que sea genial, pero la hemos sobrevivido. Hasta perdiendo líneas escritas por mis despistes y errores informáticos. Siempre se gana algo y se pierde otro cacho, en todo hay Yin y Yang, blanco y negro, otras veces sólo blanco O negro.
Por fin acaba de una semana que empezó hace 6 días a ser más que agotadora, más que cargante.
Curiosamente hace unos días pese a que todo está en una situación personal caótica, me siento mejor que antes. Quizás con un poco más de fuerza, quizás el dolor haya abierto paso a la madurez o simplemente a dejar de esperar nada de nadie, no esperar nada de la vida. Y buscaré mi camino, mi lugar de nuevo... quizás por fin está vez lo encuentre. Al final, es como si algunas pequeñas señales aparecieran para decirme que puede que no acabe tan mal después de todo. Hoy la vida me ha enseñado el gran cambio que puede dar una persona al liberarse de algo que creía que le hacía falta... es como si el mundo me hubiera mostrado la persona que podría llegar a ser en unos meses, al menos como se me vería desde fuera.
Hoy se supone que iba a ser un feliz viernes, acabando la semana, llega algo que llevaba semanas esperando y además es viernes... pero igual que se perdieron las líneas que escribí esta mañana, el día no se ha tornado como creía. Ha sido un viernes mejor que otros, pero no ha sido el viernes feliz que esperaba. Como he dicho en otras ocasiones, mi vida va de solucionar una cosa mientras otros cientos se tuercen. Aquí estoy haciendo malabarismos de nuevo, pero esta vez con mis estados emocionales. Porque una vez que dejas salir al monstruo, hay que tener cuidado de que no sea más fácil que salga la próxima vez. Hay que estar más alerta que nunca, y puedo jurar que estoy en una de las rachas más jodidamente estresantes de mi vida, ese estrés no me lo pone fácil. Puede que la edad o los desengaños me estén haciendo madurar, quizás el empezar a pensar en mi un poco antes que en el resto del mundo. Quizás ha habido tanto golpe que ya empiezo a sentir que por muy mala que me haya sentido en ocasiones, no es del todo justo lo que me pasa y no creo merecerlo siempre. Pero bueno, no quiero vender una imagen de niñata que se cree que la vida es de color de rosa. Hay personas para que el rosa como existe como "color de vida"... a veces si aunque quieras imaginarlo, es como si ese color hubiera desaparecido del espectro de tonos... como si la luz no pudiera reflejarse en el rosa cuando se trata de la vida de algunas personas.






Y busco un rumbo casi a trompicones; pero pese a la inestabilidad, hacia siglos que no daba pasos tan firmes. Hace años que no me planteaba la vida de otro modo que el sufrimiento aceptado a ratos... revelándome para luego no hacer nada más que montar un numerito y volver a caer como un globo desinflado y penosa. Ahora aunque a trompicones, parece que cuando logro dar un paso en firme es más durarero, más maduro, más en serio.
Se me acumulan los textos... las ganas de escribirlos... las personas con las que compartir ideas sobre esto que me pasa, sobre aquello que escribo. Pero la vuelta a una normalidad ajetreada y el estres... y la falta de espacios para mi persona más allá de la terapia, hace que no sea posible realizar todo lo que deseo y quiero ponerme un poco al día.
A ratos más apreciada que nunca... la gente se vuelca porque intento mostrar mi lado humano; no ese de ir de dura por la vida, independiente, todo me la suda.... y por dentro explotando en llanto. El caso es que ya se me nota físicamente y ser más humana a la hora de hablar de algunas de mis debilidades personales, parece que han creado un halo de indulgencia y cariño a mi alrededor... tanto cerca como en la distancia. Pero aún así este trastorno me hace dudar... dudar de ser capaz de mantener ese cariño sin estropearlo, de seguir al pie del cañón en el trabajo como si fuera la mejor; me encantaría pero cuesta.

La motivación y planes nuevos han surgido casi de la nada, me aventuran a llenar los espacios de tiempo libre que acaban siendo solo ratos de locura, paranoia y rechazo ajeno y de mi misma. Se que no es algo que pueda ver como estable, pero si es un logro salir un poco del hoyo... sacando levemente un brazo a la luz del sol y ver que no me quema. Como la vida a ratos ya no es sólo estar quemada, puede ser distinta incluso con tlp. Puede que tenga malos momentos pero creo que un cambio en el entorno será favorable. Algunos pequeños cambios se han dado y esto me hace estar más cómoda, pronto aunque triste llegarán más espacios de ser yo misma y de aprender cosas de mi que olvide y otras que nunca me atreví a mirar.
Estoy a punto de emprender algo que me aterra aun, pero que ahora miro con ganas, hay una espera a dar el paso. Aunque cueste no dudo de que es lo que debo hacer, encontrar mi lugar en el mundo donde recomponer esas piezas y miles de cristales diminutos que forman el interior de mi ser.
Y como he dicho antes, siguen apareciendo una especie de "señales" o mi percepción esta en el cambio y en esta transición aun más que nunca. Pero incluso creo que una vez que todo cambie me sentiré mejor... solo tengo que lanzarme a hacer lo que todos en mi entorno sabemos que es el mejor paso. Renacimiento, reinventarme, reconocerme; son buenos planes. Aunque hay vértigo todo mejora, quizás algo de medicación este ayudando con un poco de estabilidad mental (por fin...y pese a mis reticencias).
Hay gente que me comenta sobre el dolor que impregna mis textos... la casi agónica desesperación de mis palabras encadenadas. Pero no es algo estudiado, quizás no sea tan dramático. Es obvio que no todo en mi mundo es oscuridad,  en el tlp podríamos decir que el sol brilla intensamente o te llega la noche ciega sin luna ni estrellas; no hay atardecer. Pero en este espacio vacío gran parte de dolor, frustración sobre todo porque no se aun como tragarmela... y dolor del que reconozco que si que hay bastante en mi historia. Pero no lo llevo como una agonía 24 horas constantes... estoy en una crisis y un periodo de transición que llevo arrastrando más de un año... un trastorno apenas tratado o diagnosticado en unos 20 años. Este es mi vacío y aquí lo enseño como muestra de que pese a la agobia y el dolor, se puede ser humano. Se ha podido estar enamorado, se han podido y se podrán tener esperanzas... que no todo es noche oscura y hay días de sol cegador, de amor desbordante.
Pero es la ventana a mi infierno, un infierno que al compartir enseña a algunos, parece ser, sobre este trastornos llamado tlp y a mi me sana y ordena un poco.
Es la puerta a mis oscuridades más profundas, otras me las reservo solo para mi persona.

Pero habrá cosas buenas... las ha habido. Todo este proceso de dolor y de reencuentro conmigo misma dará sus frutos y espero también tener animo de contarlo.
Mientras tanto... os presento a mis demonios y a mis esperanzas.
Besos a este mundo que me lee y al que aprecio con toda mi alma.

Comentarios

  1. Hola corazón me encanta lo que escribes aunque no dejo comentarios.
    Me gustaría saber cómo podría hacer yo un blog.
    Un abrazo muy fuerte.

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