Amy Winehouse, reflejo de un Trastorno Limite?

Amy Winehouse, una vida al límite. Una mujer que destacaba tanto por su voz increíble como por su aspecto personal, en ocasiones rozando lo extravagante. Una mujer que vino al mundo en una isla de Europa para dejarnos tan pronto, para abandonar este mundo de manera precipitada... Tras llenar al mundo de ilusión con su voz, mientras su vida personal podía describirse como una cantidad de subidas y bajadas que la hacían andar en la cuerda floja. Parece ser que su vida está impregnada por el TLP, también dicen que padecía trastorno bipolar.

Amy nació en Londres en 1983 y nos abandono en 2011, a los 27 años de edad. Su muerte estuvo plagada de controversia, como casi todo lo relativo a su vida personal. Amy fue una mujer muy valorada musicalmente, con gran cantidad de fans, millones de chicas querían llevar su peinado, sus looks llamativos… incluso diseñadores se inspiraron en su estilo; pero en sus últimos meses de vida llego a aparecer en sus conciertos en un estado que no le permitían mostrar una vez más al mundo la belleza que había en ella, su arte y sus virtudes. Apareció tambaleándose e incapaz de regalarnos sus canciones, en una imagen de autodestrucción muy asociada al mundo de la música. Pocos se preguntaban el por qué, nadie estaba demasiado interesado en su salud mas allá de poder escribir una noticia en la prensa amarillista…








Nadie pensaba que su vida realmente estaba en una cuerda floja, balanceándose entre el éxito y la decadencia. Nadie quiso ver más allá que una cantante con una gran voz y con grandes adicciones que, según el mundo, le hacían llevar esa vida caótica. Nadie realmente se preocupaba si todas esas muestras de dolor eran una llamada de socorro, a gritos, hasta dejarla disfonica. Ni siquiera la falta de escrúpulos de su padre nos hizo asombrarnos, cuando el comentaba como esperaba el día en el Amy abandonara este mundo de mala manera. En lugar de preocuparse por su hija, vendía sus miserias en los medios, alimentando el mito. Pero sus fans y el mundo solo querían disfrutar de sus dones, sin importarles como o porque. Solo queríamos seguir alimentándonos de su música mientras ella seguís gritando en silencio, mientras los escándalos no dejaban de salpicar su nombre.






Parece que la forma de ver el mundo de Amy, su forma de sentirlo y de vivirlo le permitían expresar una gran cantidad de emociones a través de su maravillosa música, fue galardonada con muchos premios a lo largo de su corta carrera, pero ni siquiera sus éxitos parecen haber llenado el vacio de su corta existencia. Imagino que para ella la música solo era su vía de escape, su forma de expresar como veía el mundo y la suerte es que pudo vivir de ello y expresarlo a casi todos los rincones del globo. Una vida intensa, llena de sentimientos y de abismos. Amy que nos acerca de un modo más humano al tlp, un tlp que acabo de su peor manera, pronto y sin ser del todo esperado. Parece que Amy vivió su vida en exceso, hasta agotarse. Una amiga llego a decir que Amy había salido hacia tres años de fiesta y su fiesta acabo el día de su muerte. Palabras muy duras que pueden explicar cómo se veía desde fuera esa constante tendencia al exceso, al límite, a acallar su dolor interno, a llevar su vacio oscuro. A sentir algo más allá de su música.





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Como la mayoría de casos de Trastorno limite, Amy cumplía con el patrón de relaciones caóticas. Su marido parece que era uno de sus grandes detonantes, además de introducirle en el mundo de las drogas duras. Su relación inestable, con idas y venidas parece que no ayudaban en el bienestar emocional de la cantante. Ella misma hablo abiertamente de su relación con las drogas, de sus problemas con la comida… Se hicieron evidentes sus cambios de ánimo, mostrando su imagen más agresiva en público, protagonizando escándalos y altercados tanto en su domicilio como en hoteles. Pero de nuevo, nadie más esperaba que otra nueva canción u otro nuevo titular explosivo en los medios. Fotos en las que se veían restos de cocaína en su nariz, fotos saliendo de las fiestas casi cayéndose por los suelos. Todo era válido para hablar de Amy y sus excesos. Amy la viva imagen del éxito y sus trampas. Pero había algo mas tras todo eso, un trastorno muy duro de llevar y muy difícil de seguir ocultando.
Amy desde muy joven se volcó en la música, creando un estilo absolutamente personal. Llego a ser una Diva, una reina. Mezclaba géneros musicales creando un sonido único, era solo Amy. Sigo creyendo que era su vía de escape, lo único que le llenaba, aunque fuera de manera temporal. Una y otra vez seguía buscando otra cosa más en la vida, algo que la llenara del mismo modo. De ahí, quiero adivinar, que los excesos se hicieron habituales. Mientras todos hablaban de ella, hundiendo más su autoestima, hundiendo más su imagen como ser humano y alimentando más esa imagen de diva caótica, adicta, al límite.

En 2011 nos llegaba la triste noticia, Amy se había ido. Esta vez para siempre. Las alarmas saltaron, estaba claro para todos que sus adicciones y su vida al límite que tanto había alimentado titulares había acabado matándola. No era necesario esperar la autopsia que confirmara que sus excesos habían acabado con ella. Todos estaban seguros  de que estaba cumpliendo el mito, vive rápido, muere joven. Los medios de comunicación se cebaron hablando de su cuerpo sin vida, aun caliente. Mientras sus amigos aun lloraban y trataban de asimilar lo que estaba pasando; el mundo había hablado: una adicta más muerta a causa de sus adicciones.
Un mes más tarde el padre de la cantante, de nuevo conto a los medios un poco más sobre su hija. Al perecer, Amy estaba de nuevo tratando de sanarse de sus adicciones, como en ocasiones anteriores. La autopsia revelo que no había ningún toxico en el cuerpo de la joven, pese a que todos ya estábamos seguros de que esa había sido la causa de su despedida. Amy quería ser mejor, quería seguir regalando al mundo su voz, sus sentimientos, su música. Quería curarse, quería abandonar ese dolor y el caos. Estoy segura… Y Amy nos dejo en el intento, mientras todos la juzgábamos de un modo tan equivocado.
Amy tenía mucho dolor en su interior, y supo transformar su dolor en música, y nos regalo a todos. Y que le dimos a cambio? Burlas y cotilleos, todo era válido para hablar de ella. Ahora no está, pero aun nos queda su música. Nos queda su recuerdo, su ejemplo. Gracias Amy por todo, por mostrarnos la cara humana del tlp, puede que también del trastorno bipolar. Gracias por enseñarnos que nunca es bueno juzgar, porque es probable que nos falten muchos datos.
El tlp es uno de los trastornos de personalidad más complicados, solo hay que cumplir con al menos 5 de los 9 síntomas principales, pero existen un sinfín de combinaciones de síntomas que acaban dando como resultado el trastorno límite de personalidad. En este trastorno también hay grados, dependiendo del nivel en el que el trastorno te inhabilite. Pero es un trastorno peligroso si no es tratado, al menos con psicoterapia. Es necesario un apoyo, ya que no solo existe un peligro de suicidio real en muchos casos, si no que muchas de las actitudes “al límite” de las personas que padecen TLP pueden llevarles a adicciones que acaben con su vida o a situaciones extremas, y en muchos casos peligrosas. Es, como he dicho antes, vivir en la cuerda floja a un nivel más o menos intenso. Espero que Amy nos haga abrir los ojos al sufrimiento de las personas que padecen TLP, comprendiendo un poco más el lado humano del trastorno, y que a la vez nos conciencie de la importancia de prestar apoyo a las personas con trastorno limite que están a nuestro alrededor.



                                                                                                                                                           
Que tengas paz, la misma paz que nos da oír tus letras, tu voz penetrante, ver tu mirada cálida. No éramos capaces de ver el dolor que encerrabas, gracias por mostrar tu parte más bella a un mundo ingrato. Eras bella, por dentro y por fuera.                



Comentarios

  1. millones de gracias a todas las personas que lo han leido.

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  2. Yo lo imaginaba, tengo una hija TLP, y he aprendido mucho del trastorno, la pena es que nadie intentara ayudarla, lo siento mucho

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  3. Gracias.
    Si una vida intensa pero supongo que también llena de dolor y vacio.
    Espero que os haya gustado

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  4. Me gusta tu página...Gracias por compartir ��

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