Excusas... Confianza
Excusas, parece
que todos pueden tener una excusa para ser como son, pero tener TLP no es una
excusa para mi, ni antes ni después del diagnostico. No obstante, no deseo que
lo sea. Nunca el dolor fue excusa para actuar como un perro asustado, para
gritar como un animal que se siente a punto de entrar en el matadero. Nunca
hubo suficientes motivos para justificar un arranque de ira, de malas palabras,
de locura en la que puedes tirar todo como si te hubieras convertido en un tornado.
Pero hay veces
que tengo la sensación de para todos los demás hay una excusa que les permite
causar dolor, o mentir o simplemente hacer lo que les viene en gana. Ser una egoísta
pese a hacer mas favores de los que nunca me atrevería a pedir, ser una bruja y
cosas peores por pedir respeto y comprensión, ser una psicópata porque haya
cosas que me duelen mucho más que a otras personas, zorra por que haya hombres
que se puedan sentir interesados en mi… Siempre culpable, sin excusa y, muchas
veces, sin motivo.
Sin excusas, con
culpa asegurada y que estos arranques cuando me siento dolida sé que no ayudan,
que no sirve de nada mostrar el dolor y la decepción a gran parte del mundo.
Que hablar muchas veces es tener problemas, que decir lo que sientes puede
hacerte mas daño a ti mismo mas que a nadie.
Al final todo esto
hace que no busque nada más allá, que no sienta que haya humanidad en la mayoría
de las personas. Me da miedo que le gente sea buena conmigo, odio que sean
malos. No sé que es peor… el odio y la ira o el miedo y el silencio. Al final
otro extremo, o todo o nada, o blanco o negro. O sana o trastornada, o lucida o
paranoide. O ansiosa o pasiva, o descaidisima o eufórica.
¿Por qué nadie me
preparo para esto? ¿Por que sin ser culpable, de nuevo, soy la que más sufre? Cansada
de reproches, de pedir lo mínimo y no recibir nada más que exigencias que
muchas veces mi trastorno y las circunstancias no me permiten, otras veces no sé
cómo hacerlo y si estoy muy enfadada puede que simplemente no me dé la gana. No
todo funciona de manera clara, hay horas del día donde una o dos tuercas se
giran de más, los mensajes se reciben torcidos, y es como si una música lenta
de pelicula de terror estuviera en el ambiente anunciando la próxima explosión de
rayos y centellas.
Pese a las buenas
y nuevas esperanzas, no sé si solo el cambio en el entorno podrá hacerme girar
las tuercas en otra dirección, controlar esas horas del día en las que todo se
tuerce y llegan los gritos, discusiones y malentendidos. Me da miedo que el
resto del mundo vea la parte solo sale en casa, que cuando se muestra fuera
pronto trata de esconderse. Porque lo quiera o no, si alguien supiera lo que me
pasa, muchos aun conociéndome, tendrían una opinión muy distinta de mí. Porque
de nuevo se que para mí nunca habrá razón sufrientemente fuerte para justificar
de algún modo mis gritos, la manera nefasta de comunicar mi dolor y mis miedos
a estar sola. No sé si podre renacer o si después de esto no volveré nunca a
ser la de siempre.
Desde luego, ahora
no estoy siendo yo misma. No sé quién soy, doy pasos sabiendo que hay que
darlos, conociendo la supuesta meta y los objetivos que yo misma me planteo…
Todo es distinto ha hace meses. Hace mucho que empecé a sentir que el mundo era
demasiado, que eso de ser la dura y de poder con todo a veces es una coraza
pesada con la que cargar de forma casi constante.
Pese a la medicación
y tratando de ser normal, las ideas de que molesto, de no ser lo suficiente, de
mirar al espejo y ver a maldito animal asustado, una especie de mujer con
aspecto desnutrido, sin color y con una mueca de desesperanza. Aunque he de
reconocer que nunca he perdido el humor del todo, ahora me estoy riendo un poco
más; aunque a veces haga trampas y tire de “ironía”. Siento que se me da bien
hacer comentarios cortantes, yo los veo tan normales e ingeniosos… mientras el
resto los recibe como un ataque verbal directo aunque no haya insultos en la
frase. Experta en ser la reina irónica, la muñeca vieja que no encuentra un
lugar en la zona de juegos. Tras mucho tiempo estoy esperando a ver lo que mundo a ver lo que nos
trae.
La idea de
conseguir un modo de vida pleno y feliz se me hace muy cuesta arriba, siento
que no sé si es posible para mí no dejarme seguir por esos sentimientos que me
llevan a hablar la boca de un modo excesivo. Es tan fácil que mi boca me meta
en un problema, en una discusión, en un malentendido... detonantes que disparan
mi lengua a una velocidad casi más rápida que lo que mi cerebro puede asimilar.
Ideas que pasan por un segundo por tu cerebro y ya están en la punta de tu
lengua, saliendo como escupitajos al mundo.
La locura a mí
alrededor parece que no para, pero la menor atención y afirmar a todo como el
que habla con una pared lo hace un poco más llevadero, y parece que me
fortalece. Es un asco tener que andar con esos problemas que parecen
derrumbarte por completo, otros ratos eres normal. Pasar de ser dulce a lo más
agrio, de habladora a tener un mutismo casi absoluto, de flexible y comprensiva
a un ser demandante. Todo se resume a que cuando mendigas amor, parece que recibes
un amor “de saldo” del que en vez de ayudar a levantarte te vuelve a hundir aun
más que nunca. Lejos de despreciar a
nadie me doy cuenta de que yo asumí que no merecía un amor y un respeto que
cualquier ser humano merece, y aun sabiendo la teoría de si merecerlo me cuesta
a ratos sentir y creer que yo también soy merecedora de ello. Al final todo
esto genera miedo a que te ayuden, frustración porque se vayan… sentirte como
una idiota llorosa inmóvil como un poste de la luz. Sentir tanto que por fuera
dicen que no sientes nada, mientras te duele parece que no hubiera corazón en
un pecho de hojalata.
Corazón cansado
de preguntas que se asemejan a interrogatorios, a juegos y chantajes
emocionales que cada día veo más claros. Cansancio y ganas de salir corriendo,
pero aun así bloqueo. ¿Que sentir cuando alguien te dice que podrías morir? ¿Qué
sentir cuando ves que aun sabiendo que estas en una situación peligrosa, parece
que tengas tan poco aprecio a tu vida que te quedas en ese borde del barranco
esperando un golpe de aire que me empuje a un vacío existencial que no ayuda ni
al mundo ni a mi alma.
Muchos cambios en
mi mente, alguno que otro en mi pequeño mundo. Y aunque sea yo, claramente, siento que sin ayuda no hubiera dado ni medio
paso. Dar un paso a delante, tres hacia atrás, dos pasos a delante, quedarme
parada en una especie de limbo imaginario donde mi vida solo está programada
por un horario laboral y no
Empiezo a ver la
inutilidad de mi anterior terapia, acabar más vacio de lo que estabas antes de entrar.
Un especialista que está ahí para cuando el mundo tiembla, para alguien a quien
eso le pasa a menudo. El mundo tiembla, yo me estremezco, al final también recibo
la carga de todo. Culpable y sufridora de la culpa a la vez, es un concepto
como de penitente supongo. Lo peor de todo es que no quiero ser mártir y al
final todo lo que sucede pone mi vida del revés… No sé si voy o vengo, no sé si
amo u odio…. Vivo en medio de contradicciones, contando los días para cambiar
de aires, pero se me hace tan cerca y tan inminente que solo pienso y me
asusto.
Tareas por hacer,
una vida que girar y abandonando la idea de amor, de confianza…
Cuenta conmigo solía
decir… me he dado cuenta que no deseo confiar en nadie por el momento. No volveré a decir que estaré para lo quesea, que se puede contar conmigo. Ahora yo debo de ser la primera. Igualmente tratando de interiorizar mas en mi, conocerme y que el mundo espere a que reviva y oueda ser de nuevo un ser humado.
Comentarios
Publicar un comentario