Humanidad... donde has estado?
Que es convivir
con un trastorno mental? Visto desde fuera… Para tu pareja, para los vecinos
que oyen tus arranques… para tu familia?
No lo sé,
sufrirlo en mis propias carnes supongo que no hace que sea más comprensible
para mí o que sea menos doloroso.
Hola que tal
estas? Estoy aquí si me necesitas… bellas palabras que se quedan en eso;
palabras de amabilidad para jugar a eso de si necesito te pido/ si necesitas te
apañas… nunca me gustaron esos juegos de vecinos. Tiendo a esconderme de ellos
desde pequeña, siento vergüenza porque soy consciente que aunque no lo ven,
oyen la peor parte de mí que trato de ocultar bajo mil sombras.
Y tengo claro que
algún día estaría agonizando, gritando ayuda (lo he hecho en más de una ocasión,
la he suplicado), nadie vendría… puedo decir que nadie se ha preocupado de ningún
modo de asegurarse de que la situación está bien, que yo lo estoy.
Me doy cuenta de
la insignificancia de la vida humana en nuestra sociedad, no valoramos esas
cosas tanto como deseamos aparentar. Porque a mí los llantos por los sucesos
que pudieron evitarse, me dan vergüenza, me parecen una mofa al dolor de los
individuos que abandonan el mundo en un momento que no les tocaba… Lagrimas de
cocodrilo de aquellos que eran testigos ciegos… que omitían, hacían que nada
pasaba. No creo en esa parte humana de gran parte de la sociedad, creo que nos
da mejor girar los ojos a otro lado, como cuando a la hora de la comida sale un
niño desnutrido y cubierto de moscas, giramos la cabeza, cabíamos el canal… no son
horas de mostrar la realidad… mejor cerremos los ojos y oídos a las voces de
los que sufren, de la inocencia.
No puedo evitar recordar
a los vecinos de mi infancia, los de al lado por ejemplo, les oíamos todo…
hasta sus flatulencias (ogg). Ellos oían con la misma claridad las palabras,
golpes y castigos de mi madre, oían como me sacaba al portal por la noche, me
dejaba allí. Nadie salía a ver qué
pasaba, eso si podía notar tres ojos en forma de mirilla observando la situación
desde la barrera, sin intervenir. Y esa pequeña acurrucada en el rincón junto a
la puerta, miraba al suelo, se daba vergüenza… se quedaba a oscuras para que
nadie podría verla ni a través de las mirillas; rezaba en silencio y le pedía
Dios (como había aprendido en el colegio), que no subiera nadie por las
escaleras, que nadie la viera llorosa, en pijama, descalza, con 4 añitos… Tenía
miedo y vergüenza de ser descubierta, al principio llamaba con el puño a la
puerta… pero no servía de nada o de que me metiera en casa y siguiera la
tortura física. Era mejor esperar acurrucada, muerta de frio, llorosa y en la
oscuridad del portal. No sabría decir hoy en día lo que tardaba en dejare
entrar, o en dejarse convencer por mi padre de que me abriera la puerta. A esa
edad el concepto del tiempo es muy distinto a la de un adulto…
Vecinos que no querían
ver lo que pasaba, que hacían oídos sordos. Más tarde llegarían los servicios
sociales, como una década después… para entonces desconfiaba tanto del mundo y había
oído hablar tan mal de ellos… solo eran más enemigos en mi entorno.
Juicio de
lesiones contra mama, el hospital actuó después del primer intento autilitico.
Y yo, negando todo. No hay malos tratos, no hay relación entre el golpe de unos
días antes a mi intento de suicidio. Mentí deseando que mi madre valorase que
la salve de eso, que todo parase. Que me amara porque había hecho algo “bueno”
por ella de un modo desinteresado. Nada paro, y todo se torno en más llamadas
preguntando por mi estado, respuesta: dejen de llamar y cortar la llamada.
Pero entre los
ingresos y las cosas que mi madre le contaba a mi flamante psiquiatra, todo
quedaba escondido entre la mierda y mis actitudes limite. Al final la opción era
internarme en un centro, para gente con problemas de conducta… Qué gran ayuda,
lanzarme al abandono del sistema.
Y llego una
alternativa, no la mejor, pero la única. Accedí como pude y eso fue romper mi
mundo, salir por patas… reiniciarme. La primera vez que me vi en ese estado fue
en 2001… casi 16 años después me veo en el mismo punto. Pero no denuncio, no
pido ayuda de ese modo. He entendido que soy yo la que esta vez tiene que
encontrar la alternativa para escapar del dolor, estoy dando pasos mientras no
tengo ganas de despedirme de mis vecinos, ni de lo que hasta ahora es mi vida.
En otra época no lo hice, fue todo casi a escondidas. Debería hacer lo mismo
esta vez? Eso me rompió el alma, no creo que pueda huir de aquí sin decir adiós,
al menos a mi vida… y hasta nunca a esos vecinos que se han preocupado tanto
por mi bienestar.
Es gracioso ver como
todo son ciclos, empiezan, giran, acaban… las mismas situaciones en millones de
formas distintas. Estamos en el mismo punto pero con más edad, más experiencia,
con un poco mas de resistencia al dolor, y esperando menos del mundo.
Solo tengo que
ser capaz de salir de este estado de bloqueo, aunque mi cuerpo tampoco acompaña,
no puedo dejar de dar pasos… de buscar el modo, de salir de esto y
reinventarme. Así podre ver todo con perspectiva, con claridad.
Cómo puedo seguirte????
ResponderEliminarYo gracias a ti tengo mi blog😘 y quiero seguirte