Saliendo de la depresión.
Primer paso: un
poco de movimiento.
Entre 3 y 5
minutos, al menos, de actividad física. Aunque sea sin moverme del sitio. Hoy
he empezado. Parece posible y realista. Al menos activare el cuerpo en casa.
Segundo paso:
Ducha y pelo.
Tener un buen
aspecto. Y ocultar el careto bajo el maquillaje, aunque haya pocas ganas. En el
autobús es un buen momento para tapar las secuelas de depresión en el rostro. Y
si nos sale la sonrisa falseta, aun mejor.
Tercer paso: Nos
lo vamos creyendo.
Vamos a hacer que
nos lo creemos. Estamos mejor, todo son buenas palabras y nos comemos la mierda
un poco en público. Podemos llorar en el baño (retoques de maquillaje a mano a
poder ser), ducha, casa… hasta en el bus. Pero no delante de compañeros de
trabajo, colegas o conocidos. Quizás decir que todo va mejor haga que me lo
crea y que dejen que salga un poco del rollo, parando de preguntar siempre lo
mismo. Por muy buena intención que pongan, a veces satura.
Cuarto paso:
Normalidad everywhere
En casa, mantener
algo de normalidad. Evitar parecer un zombi por las esquinas. Si no hay
motivación paseos. En interior: lectura, pelis, música no deprimente y comer un
poquito más.
Quinto paso:
Cerramos un poco la boquita
Mis planes y
opiniones, para mí se quedan. Al menos un tiempo, a ver si los comentarios
ajenos dejan de influir en mi poco juicio. Es una especie de prueba a ver si mi
mente puede llegar a conclusiones por sí misma.
Sexto paso: Ocio/
salir al mundo
Difícil, pero no
imposible. Un poco de ocio, y si eso conlleva conocer personas seria todo un
punto. No es el primordial, pero si con esto me alejo un poco de los que he
estado cargando y así les doy también su espacio; sería un avance y una
renovación para todos.
De momento,
guardo estas líneas para mí. A medida que sea capaz de cumplirlas y ver si funcionan
me planteare compartirlas en el blog.
Mientras se
quedan como las notas a mi experimento para obligarme a salir un poco de la
oscuridad.
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