Rituales

Escribiendo en el autobús de camino al trabajo…
Rituales: Nadie dijo que tengan que ser sanos, o ni siquiera tener sentido. Rituales, todos tenemos los nuestros. Algunos, se van instalando poco a poco; llegan un día sin avisar, y allí se quedan hasta ser parte de nosotros.
Rituales, como uno de los últimos que ya parece completamente instaurado, se ha convertido casi en rutinario. Llorando en el autobús, tratando de esquivar miradas de desconocidos. Llorar en la más profunda de las soledades, en un lugar abarrotado de gente mientras pasas desapercibido. Como si a nadie le importase, cómo si a alguien le fuera a importar…
Rodeada de autómatas enganchados a las pantallas de sus aparatos electrónicos para hacer más soportable su existencia. Es lo que hacemos todos, sólo que yo, mientras, lloro. Lloro y navego, lloro y oigo música, lloro y miro el paisaje. Lloro y ya he llegado…

Resultado de imagen de soledad autobus

Por las mañanas, como ahora, es más fácil no seguir el ritual. Hay otros… Al final el día, cada día, el peso es abrumador, cada vez más. Y solo con cerrar los parpados y respirar hondo sucede que dos goterones contenidos, por fin, brotan de mis ojos. Es un llanto silencioso, sin sollozos. Solo hay lagrimones sin pausa, sin respiraciones entrecortadas… hasta que mis ojos se vacían.
Más rituales… pasear. Pasear sin rumbo, sin parar. A veces solo dando vueltas sobre el mismo lugar, sin sentido. Dejar que los pies te lleven mientras la mente está hecha un nudo como para percatarse de lo que tiene alrededor. Pasear, ritual de enfermedad mental. Paseos para despejar la mente, como si mis piernas tuvieran miedo de parar. Como si estuviera escapando de algo, como huyendo de mi misma. Llevándome a pasear, casi siempre sin rumbo. Sin noción… sin pausa.
Ahora toca ser normal, volver a la realidad. Entrar en mi cuerpo, salir de mi mente. A la vuelta, tocara de nuevo el ritual.
Resultado de imagen de normalidad

En el autobús de vuelta...

Oscuridad y frío alrededor, parada casi vacía… Hoy no me toca esperar demasiado, sin alegría pero con ganas de entrar en ese cubículo iluminado y cálido.

Resultado de imagen de soledad autobus
Y dentro, me siento. Sin querer me veo de nuevo cumpliendo el ritual: auriculares, música alegre pensando en no llorar. Paso de oír canciones, solo instrumental, rápida, animada… No tengo ganas de salir como otras veces que la oigo. 3 minutos y ya estoy, llorando frente a un desconocido que mira unos segundos sin prestar mayor atención, me cambio de asiento, sigo llorando, ahora nadie me ve. Corta, vuelve, así todo el maldito trayecto. Bajo en mi parada, camino por la calle en dirección a cada siguen brotando las lagrimas… Rituales, llegar a casa y sentir que poco tiene sentido. Pero hemos podido con el día, he sonreído como me ha pedido mi jefe (si el supiera…)

Acabamos el día, más o menos. Ahora llega quitarse la máscara, poder ser lo que soy. Ser la nada, porque hace días que así me siento fuera del trabajo. Nada, hoy me han dicho varias personas que me quieren. Mil gracias por sus intentos de volverme humana, pronto puede que todo pase, puede que me quede así. Años? Eso decían... 

Resultado de imagen de ritual de cada dia

Comentarios

Entradas populares