Fantasmas
Una
muestra de dignidad y como respuesta: humanidad y algo de comprensión.
Estas
semanas me he tenido que enfrentar a una charla, casi como si fuese un “interrogatorio”.
Responder
una y mil veces a preguntas formuladas de distintos modos, todo para probar mi
dignidad y lealtad como ser humanado. Y al final, me enfrente a ello y hable…
hable de mi, de lo que siento, de cómo es mi mente... de mi pasado que tenia
escondido en una caja, con llave.
Yo creía
que apenas tenía secretos, pero tengo cosas que no deseo ni recordar yo misma…
hago como si hubieran sido parte de un mal sueño. Hablar mi pasado, de mis
primeros contactos con el sexo opuesto y ver desde la perspectiva de los años
que no fueron los más adecuados. Asociar momentos actuales con mierdas del
pasado, una mierda que crees que limpiaste pero ha dejado cerco en tu cerebro y
en tus actos. Y de repente, comprensión y hasta llanto al ver mi indefensión reflejada
en esa historia de cuando estaba dejando de ser niña. Aunque aun lo parecía, me
deje convencer por agradar de nuevo. Una y otra vez, así es como aprendí a
relacionarme con los hombres. Ser aceptada, ser una “mujer” normal. Querer ser alguien interesante, una chica como las que salen en las series de TV, guapas y
populares, siempre felices y con mucha gente alrededor. Pero no contaba con
aquello de que las guapas también lloran, todos lloramos aunque sea en la oscuridad
de nuestra alma.
Y de repente, todos esos recuerdos y sensaciones han sido como
llamar al timbre del pasado. Me aparecen los fantasmas hasta debajo de la
almohada, recordándome lo que fui un día, lo que me deje de camino y lo que
poco me aportaba. Fantasmas con cara de cariño, se que cariño es ese que
ofrecen. No sé qué hacer, cierro puertas y me aparecen por ventanas, y es
pensar en alguien y llamarlo con la mente… porque sin quererlo vienen y me veo
de nuevo dentro de un círculo del que ya no formo parte.
He
cambiado, la terapia está haciendo modificaciones en mi conducta que, por fin,
noto claramente. En mi última conversación se ordenaron muchas piezas del puzle,
pude oír el “CLICK” al hacerlas encajar y es como si me hubiera puesto unas
lentes que hacen que todo se vea diferente. Todo, hasta mi propia imagen.
El
mundo quizás no sea lo que imaginaba, ni tan bello ni tan crudo… no todo es
malo y he abierto mi mirada hacia muchos puntos de vista diferentes. Ya no
deseo juzgar, solo ver y tratar de comprender. Aprendizaje de todo, pero sobre
todo de mi misma. Ver cómo me relaciono con el resto, no se me da tan mal como
pensaba. Empiezo a encontrar algo de normalidad dentro de mí, partes que me
gustan y que al mundo también. Esa chica risueña que un día fui, está volviendo
a ratos y me gusta reencontrarme con ella. Pero es cierto que debo endurecer mi
alma, solo por autoproteccion. La ley de la autoconservacion se hace evidente
en este tramo de vida, soy yo defendiéndome con uñas, dientes y cuchillos. No
hay nada más que mi supervivencia, pero esta vez con el fin de llegar a VIVIR
con cada una de sus letras, de manera plena.
No es fácil
el camino, explosiones y juicios que no gano, pero no tienen sentencias de
muerte. Al final todo pasa como el viento entre tus dedos, como un lazo de terciopelo
que te acaricia y desaparece. Y un nuevo estado, negando el TLP como si no
existiera. Un gran sueño para un día de domingo.
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