Adaptación


Cuando todo es nuevo parece ms fácil adaptarse, ni siquiera pensar en que te estás adaptando porque tu mente tiene que asimilar miles de cosas y rutinas nuevas. Al final lo haces, casi automático. Resulta incluso más fácil cuando empiezas algo nuevo que cuando debes continuarlo, pero la mente no funciona igual.  La mente te juega malas pasadas, te hace acercarte a lo que sabes que no te hace bien. La costumbre y el miedo a quedarse colgado, todo es más fuerte que el amor propio. Amor propio no sé si es nuevo concepto para mí o es que lo he olvidado, juraría que nunca lo he practicado.
Desapego es más difícil que la adaptación… un apego insano. Un apego que te ha dado mucho y te ha quitado energías y ganas de vivir. No quiero ser injusta pero quizás sea el momento de ser realista, de llamar a las cosas por su nombre.
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Me creía vacía estos días atrás, incapaz de escribir algo coherente si no es dentro del caos absoluto. Parece que no es así, solo que mi mente estaba demasiado cansada tratando de procesar los cambios y un nuevo estatus emocional y sentimental.

Empiezo a asumir que perdonar a cambio de ser amado es una mierda, es una mentira. No me ha llevado a nada nunca, no me ayudo con mama, no me ayudo con mis parejas, no me ayudo con mis amigos, ni rollos, ni nadie… Quién querría hacerte daño una y otra vez si te ama? No lo sé, porque cuando tienes TLP creo que es una de las especialidades de la casa. Pero no sé hasta qué punto he sufrido más por el daño que he infligido a otros. Está claro que no soy del todo víctima o verdugo, quizás no lo sea ni mucho ni poco. Pero estoy cansada de ser a la que se juzga, a la que apuntar con un dedo mientras se pone cara de asombro. Acaso alguien se cree que es fácil vivir con esta mierda dentro de la cabeza? Acaso alguien cree que es fácil tener solo recuerdos de dolor en la mente? Desde que recuerdo, quienes han formado parte de mi mundo más próximo han alternado el “amor” y los golpes… el “amor” y los insultos, “el amor” y los juicios… Diré que no soy perfecta, nadie lo es y menos cuando tiene un puto trastorno, cuando el dolor ha deformado las conexiones de tu mente hasta hacerte ver el mundo como en una burbuja. Vista deforme, sentimientos alterados… locura transitoria, explosiones y luego caer en picado hasta dormir en un letargo que pude durar días.
No sé si estos últimos meses han sido una pérdida de tiempo, unos meses en los que el cerebro dormía mientras el cuerpo dominaba el mundo. Un cuerpo que ahora parece roto, el de una muñeca que se desgasto con el paso de los años, que se va desintegrando y con una figura lejos de lo normal… demasiado flaca, demasiado irreal. Sentir  los ojos clavados en tus huesos cuando enseñas los brazos… sentir que si alguien te oye vomitar porque te ha sentado mal la comida pensaran que eres una bulímica de mierda mientras hasta tú te cuestionas si eres anoréxica y si de verdad te da asco ver tus huesos casi traspasando la piel… o si al ver ese reflejo cercano a un espectro en el espejo medio te gusta, medio te complace… medio cumple las expectativas de la sociedad y de los patrones de revista. No mentiré al decir que cuando descubro que quepo en una talla más pequeña sonrío por dentro, pienso creía que eso era imposible... meses más tarde una talla menos aun… Quizás acabe desapareciendo, me digo a mi misma con un tono irónico que resuena en mi cabeza.

Juguete roto, cansada de pedir favores a cambio de tortura mental. Cansada de que siempre sea la tonta que cede, que cambia de opinión, que se arrepiente, que perdona todo… la eterna sufridora? No me gusta ese papel de mierda, no me gusta ser la victima patética aunque haya jugado mil veces a serlo. No soy eso, no lo elegí y no deseo papeles impuestos.
No es el mejor momento, la fuerza no acompaña mientras los kilos parecen irse por el retrete… no sé bien si es el estrés, la medicación o el mundo… pero trato de comer y cada día menos real, mas flaca, mas de plástico… menos mujer.
Mirar tu cuerpo y sentir que no sabes qué es eso que ves, carne que cuelga y huesos que no sabías que estaba ahí… mientras el color de mi piel se torna amarillento y parece carente de salud. No sé si es la falta de sol, de alimento, de descanso…pero todo eso se esconde con una capa de maquillaje y unas cuantas capas de ropa… disimulando que se te caen los pantalones y que todas las camisas te bailan (ahora perezco una fan del over size… como cuando no comía…)
Y son ratos de sacrificar comidas, porque el alimento nunca fue algo indispensable para mi… otros de ansiedad y leves atracones de “comida basura” que hacen que me salte las comidas principales. En una montaña rusa emocional que se refleja también en los alimentos y ahora en mi cuerpo huesudo y decrepito.
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Pero aun queda algo que brilla, la ropa me oculta como digo y escondo esta mierda bajo sonrisas que pinto cada mañana y que decoro con carmín. El llanto esta casi latente en mis ojos… ya es como si mi mirada fuese acuosa… y una sonrisa que hasta yo trato de creerme. Haciendo un papel que olvido y recuerdo cada día, tratando de hacer que el show continúe hasta que un día caiga el telón y pueda descansar. 

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