21 FEB
¿Cuántos
hombres me cuidarían en su cama durante 20 minutos? ¿Quién lo haría para
siempre? ¿Acaso alguno que no sea también un monstruo se quedaría a mi lado,
acallando al mío?
¿Existe
alguien que no esconda un monstruo; o somos todos lobos con piel de cordero?
No
existe quien calme este TLP. No existe quien acepte la carga, ni siquiera yo
puedo aceptarla. Ojos abiertos como un búho, ensangrentados por el odio que emana
por mis pupilas. La sangre que no pudo brotar de mis heridas; dolor que no
sana, que no drena. Amarme 5 minutos, desecharme durante toda una vida. ¿Volvemos
al pasado cuando los sentimientos no importaban? Es fácil llamarme “AMOR”, es difícil
creerlo.
Alternancia:
blanco/negro, hielo/fuego, amor/odio, sana/loca. No soy, pero estoy siendo. No
siento, pero he sentido. No amo, no sé si se amar ni sé si me han amado.
Complicada,
contradictoria, puta insomne que mañana se arrastrara como una muerta viviente.
El precio de estas líneas, todo tiene un precio. Aprendí que ni los gritos son
gratis, mirada ensangrentada y una vida arruinada.
Reconstrucción,
ruinas… esperanzas que llegan y se van como palomas mensajeras.
Necesidad
de hablar tanto… pero sin fuerzas, sin ganas; otra vez a trompicones. Pero como
decía el horóscopo esta mañana: solo hay un camino, hacia adelante.
El atrás
no existe, ya no queda nada de el… se esfumo entre sueños y promesas incumplidas.
Deje de
ser la complaciente, deje de ser la que no era.
Quizás estos cambios hacen que se me lea distinto, que no se entienda del todo el mensaje. Siempre dije que callo mas de lo que hablo, que este rincón solo encierra paranoia.
Ya dejo
mis vergüenzas aireadas por mi mundo, no deseo exponerlas abiertamente en las
redes. Hablo de cómo siento, de cómo leo lo que escribo y de cómo vivo lo que
me toca.
He
conocido hombres, no demasiados… pero los que se han quedado me han hecho
pensar que no merecía nada mejor. Ahora no creo merecer un hombre, merezco más…
una vida. No busco nada, no me cierro a nada tampoco. Pero ya no soy ese barco
que navega buscando un faro que la guie, me dejo llevar por las corrientes
cambiantes… hasta llegar a un destino aun desconocido. Por una vez fluir, no
planear y dejar que pase. No hablo de impulsos, hablo de despreocupación, de
disfrutar… del Carpe Diem.
Comentarios
Publicar un comentario