Conclusiones de una TLP
Empieza un verano que parece que no es
verano, este año estoy completamente desubicada. Siento que no sé que mes es… no
puedo creer que ya se haya acabado el curso escolar y que casi estemos entrando
en Julio.
Todo se ha ido sucediendo de un modo
realmente precipitado, aunque el inicio del año parece tan lejano en mi mente,
solo han pasado unos pocos meses de mi mayor salto al vacío; pero, a la vez, el
más seguro.
El contacto con la naturaleza me llena
bastante, pese a que son momentos de soledad la gratificación es mucho mayor
que algunos de mis últimos contactos con mis iguales. Mi vida parece que ha
sufrido un parón y los proyectos se han convertido en ideas que están ahí pero
que pierden y ganan fuerza dependiendo del día, siento que aun no estoy
preparada para dar demasiados pasos adelante. Es como si aun estuviera
construyendo el puente por el que he de pasar un poco más adelante, debo de
estar segura de que los cimientos no fallan pues no si ninguna experta en el
tema.
La necesidad de contacto humano se hace
mas real pero la observo de otro modo, quizás no sea tan difícil reconciliarme
con parte del mundo, después de todo. Las ideas sobre mi misma que me han
perseguido demasiado tiempo parecen no ser del todo realistas… puede que sea
verdad eso de que hay un potencial que aun no he sabido explotar del todo. Quizás
esa una de las claves de la ansiada felicidad que deje de buscar por eso que
dicen que la felicidad la eliges tu… pero por más que me empeño no siempre la
encuentro… pero puede que ahora venga en pequeños momentos en los que
simplemente disfruto de lo que el mundo me ofrece sin pedir nada a cambio.
Creía que la compañía lo era todo en esta
vida, pero veo que podemos disfrutar con todos los sentidos de la soledad y la
quietud mientras podemos ser más conscientes del mundo que nos rodea, y aunque
el vacio pueda seguir ahí cuando la mente se distrae parece que se encoge un
poco. Parece que pesa menos y que la mente se aquieta.
No supe que mirar el mundo en silencio podía
ser tan reparador para una mente que lleva demasiados años sin pausa. Creía que
eso del silencio era una de las peores condenas… pero tras años de ruido en tu
mundo y en tu cabeza no es tan malo como llegue a pensar.
Lo que más miedo me daba, resulta que es
lo que mejor le está viniendo a mi nueva vida que solo acaba de empezar. Aunque
quiera creer que he resuelto muchas cosas… al revés, ahora mismo todo esta
patas arriba, como nunca antes había estado. Situaciones a las que me enfrento
por primera vez después de los treinta mientras me siento tan inexperta… toda
esa seguridad que llevo años aparentando parece haberse esfumado por completo.
No es momento de hacer, es momento de
construir… porque como digo, sin cimientos esos pasos que deseo dar serán inexistentes,
infructuosos… Inútiles.
Los proyectos a los que me enfrento deben
de ser sencillos, quizás el mundo no lo aprecie de momento pero cuando todo
mejore en mi eso se deberá ver reflejado. Imagino que ahora solo estoy
sembrando semillas de lo que un día serán los nuevos brotes de mi vida. Y hay
que tener paciencia, algo que deseo tanto aprender… no es uno de mis puntos
fuertes, es tan fácil que la ansiedad me queme y me haga dar vueltas la cabeza.
Aun hay temas abiertos que apenas he
sido capaz de asumir, pero que si no analizo temo que pasen factura a mi mente en
un tiempo. Sé por experiencia que lo entierras en el fondo de tu mente un día
sale, explota del modo más inesperado y es entonces cuando no eres capaz de
reconocer la causa.
Creía que sabía todo lo que había
sufrido, que no era demasiado y que siempre tendí a la dramatización de los
hechos… por mi sensibilidad algo excesiva. Pero con el paso de los meses y
mirar las cosas desde otra perspectiva, mientras otros ojos mas objetivos
confirman que nada fue fácil desde hace demasiado tiempo… que mi mente a estado
expuesta a demasiado estrés mientras yo trataba de echarle la culpa al trabajo,
la economía, mi ritmo frentico de vida de un lado a otro mientras solo entretenía
mi mente con planes, proyectos, obligaciones… ocupando todo con mi mundo
exterior y haciéndome responsable del de otros. Como si yo que no podía salvar
mi mundo fuera capaz de salvar el de alguien más… es curioso como los casos
perdidos tenemos ese complejo de salvadores que pueden arreglar lo que nadie
antes pudo.
Pero puede que al centrarme por fin en mi
y abandonar ese complejo de superhéroe sin capa ni identidad secreta, deje de
ser un caso perdido. Puede que haya retorno después de todo, aunque no se pueda
volver atrás en el tiempo y salvar a esa niña asustada que no entendía su mundo…
a esa niña que no sabía muy bien si le había pasado o lo había soñado pero tenía
esa sensación de haber estado muy cerca de la muerte… algo que llego a
obsesionarme por semanas, no recuerdo si fueron meses. Y una imagen en mi mente…
tropezar y caer en el arcén mientras un coche pasaba cerca de mi cabeza… Nunca sabré
si es un recuerdo reprimido o un sueño para explicar la sensación de miedo que
el maltrato provocaba en esa mente en pleno desarrollo. Todo eso fue como una
barita que toco cada parte de mi cerebro haciendo que comprenda el mundo de
otra manera. Todo aquello fueron estímulos que hicieron que mi cerebro no
tuviera otro remedio que adaptarse a un entorno hostil que acabe normalizando.
A veces me preguntaba si alguien podía
verme, como yo veía a las personas en la tele. Pensaba que quizás algún día
alguien me vería mientras mi madre me pegaba, como en esas películas basadas en
hechos reales en la sobremesa de los fines de semana… quizás alguien sentiría la
misma pena que yo sentía al ver esos casos y me salvaría de acabar siendo una
demente, una psicópata… otro caso perdido. Pero supongo que nadie sintonizaba
ese canal, ni siquiera los vecinos que debían oírlo todo a través de las
paredes… verlo todo a través de las mirillas y eras testigos mudos que
guardaban un secreto a voces que recorría las calles del barrio… pero que todos
parecían no ver.
Y la vergüenza siempre me persiguió,
creyendo que si tenía esa vida era porque en el fondo había algo en mí que
empujaba al mundo a tratarme de ese modo. Algo malo debía de haber en mí que yo
no era capaz de apreciar… y trataba de hacerme promesas por las noches mientras
me analizaba. Queriendo cambiar, ser mejor, ser aceptada por fin… quizás así
los golpes cesarían un día… No sé si todo es tendría algo de relación con mojar
la cama. Otro motivo por el que sentirme rara y repugnante… Eso no ceso hasta
la pubertad… como si el hacerme mujer hubiera cambiado de repente mi fisiología
o quizás mi mente.
El psicólogo nunca pudo ayudarme con ese
problema que se esfumo sin más, o quizás simplemente muto para convertirse en
algo más serio… en algo que no percibí hasta que ya era tarde.
Siempre me he preguntado que pude hacer
tan malo para tener esa sensación de rechazo por parte de algunos miembros de
la familia… siempre me pregunte que me hacia tan diferente y sentirme tan
desplazada. Al echar la vista al último año en el que viví en la casa familiar,
recuerdo muchas cosas que se han ido esclareciendo a partir de la terapia y
algunas indagaciones que he realizado. Acallar mi trastorno haciéndome desaparecer,
como si eso ayudara a curarme. Aunque viéndolo desde un punto de vista más
objetivo, el egoísmo de no querer enfrentarse a lo desconocido e incontrolable
me lanzaron a la soledad y a desarrollar mi instinto de supervivencia. Mientras
yo solo sabía que algo estaba roto en mí desde aquellos ingresos y consultas psiquiátricas,
pero sin ser consciente que sería una herida que arrastraría toda la vida.
Siempre creí que era mala actitud hacia la vida, que yo era el problema de mi
tristeza. Mientras muchos te dicen que no asumes lo que te ha pasado… Pero no
saben lo consciente que puedes llegar a ser de todo aunque calles, aunque
ocultes y trates de sonreír como si dentro de ti no estuvieras completamente
rota y con miedo a no ser nunca capaz de recomponerte.
Supongo que ponerle un nombre am todo
esto, saber la mayoría de las causas pese a que no es nada nuevo… es algo que
quita mucho peso de encima. Al menos quita parte de culpa y aporta un poco mas
de claridad a un estado de confusión que no sabría decir si lleva ahí toda la
vida.
El ponerle el nombre de TLP… no le da más
fuerza a esto porque al final es solo una etiqueta que trata de estandarizar un
sinfín de rasgos y personalidades que difieren tanto unas de otras que podrían no
parecer el mismo trastorno. Pero llamar a esto TLP asienta las bases para comprender
lo que sucede en mi mente, lo que ha pasado todo este tiempo mientras no
lograba encontrar ni una respuesta y solo una culpable: yo misma.

Llamar a lo que me pasa TLP no hace que me
cure, pero me hace más consciente de que no todo es así por una falta de
actitud positiva hacia la vida, porque quizás haya dado más de mi de lo que
nunca se hubiera esperado de un trastornado. Pero no ha sido suficiente, porque
lograr algo me mataba por otro lado. Ser TLP es sacrificar muchas partes de tu
mundo para poder conseguir cosas que no deberían de costar tanto… pero no creo
que sea una condena. Imagino que un diagnostico también es un aprendizaje,
aprender sobre uno mismo y sobre el origen mismo de nuestra mente.
No sé si esto se acabara algún día, si
podre superar todo lo que mi mente aun no es capaz de procesar pese a tener
ayuda y tiempo para reflexionar al respecto. Pero creo que ya que he dado el
paso más importante y que todo sigue patas arriba, es justo tratar de enmendar
todo esto y esta vez solo por mí. Ver si pese al TLP o los rasgos que me hacen “diferente”
de un modo que no me gusta demasiado, soy capaz de pasar las páginas de mi vida
sin que sigan doliendo tanto… sin sentir vergüenza, pena y culpa. Simplemente
saber que eso es lo que me toco vivir pero que quizás por fin mi vida pueda dar
el giro que llevo tanto tiempo buscando.
Mucho ánimo!
ResponderEliminarIncreible la manera de expresar los sucesos, traumas y sensacion de vacio tratando de explicar o explicarte a ti misma los motivos de sentirte asi, rara, diferente, mal querida e insignificante. Te entiendo perfectamente, me identifico, es la misma historia con diferentes personajes.
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