Todo vuelve, hasta lo que es una mierda.
La vida
no mejora, es como si en mi mente una carrera de obstáculos tras otra no parara
de sucederse; al final el cansancio me hace ir tropezando y arrasando esos obstáculos
que se interponen en mi camino. Y la recuperación es mucho más lenta que lo que
tardo en caerme, me paso más tiempo levantándome que evitando caer.
Nunca más
ayudar al que es como yo, quizás nunca sepamos agradecerlo. Al final el tlp es así,
te explota en la cara aunque no sea ni el tuyo. Y no quiero seguir dando más
tumbos a la deriva tratando de encontrar a quien me entienda… creo que con me entienda
mi terapeuta y yo cada día un poco más me vale.
No sé
si escapar de mi mundo por unos días siempre tiene un aterrizaje forzoso, los días
van pesando más y al final la explosión que trato de contener salta como de la
nada. Y cuando el mundo te compara con una olla a presión es que hay algo que
no va bien, es que el trastorno sale a relucir mientras omito preguntas y respuestas
que solo podrían condenarme.
Hoy
retumba la duda de por qué el que se supone que va a amarme y protegerme me daña
mas que nadie… y la respuesta es la misma, quizás nadie tenga el suficiente
amor como para soportarme. Quizás sea experta en agotar el cariño a dosis
racionadas. Quizás solo con tocar a las personas les pueda hacer ver parte de
mi oscuridad y eso les de miedo… y yo me escondo porque es mostrarme y que
salgan despavoridos.
Contar
mi historia sin tanta metáfora me hace ser un observador lejano de todo, ver
como el puzle se va conectando a medida que se suceden los meses, las semanas
de terapia, mis intentos por resurgir y mis caídas… cada vez me caigo menos o
es otro espejismo? Ya no deseo ilusionarme ni con lo que me ilusiona, todo trae
una decepción consigo. Una vida decepcionante para un ser que también logra ser
decepcionante para el mundo. Y que mas da saber escribir lo que siento si esto
no me salva de ser lo que soy? Que mas da tener los sentimientos a flor de piel
y los compartes y es como si te rajaras las entrañas? Nadie quiere ver ese show
dantesco de un ser torcido, de pensamientos raros y afirmaciones fuera de lo común.
Ironías que al principio hacen gracia, luego se convierten en antipatía y al
final, en ataque envenenado. Una maldita zorra, eso dicen que puedo llegar a
ser y soy bien consciente de ello. Soy el ser más inocente o el demonio
encarnado… y eso que niego tener una maldad que mi lengua y mis ojos dulces
saben ocultar a ratos, pero que cuando sale nadie olvida. Estoy muy
acostumbrada a ver como el mundo cambia para siempre ante una reacción momentánea,
ante mis explosiones que acaban por ser inexcusables. Y entonces pierdo la
paciencia, la compostura y la cordura; el mundo gira mientras yo me mareo y sueño
con un alma que me entienda, con un corazón al que tocar algún día. Pero no hay
corazón envenenado que sepa amar, no es el caso. Solo deseo, poseo y ansío...
creo que el amor, después de todo, es un concepto muy desconocido para mí.
Y la pregunta
del millón es la misma, ¿Por qué un ser humano dejaría que lo maltratasen? Cuando
el maltrato es la única forma de interacción, la forma natural de que te
quieran y que te castiguen cuando “lo mereces”… asumes que tu mundo es ese. No
hay amor sin castigo, ni castigo que no provenga del amor. Juicios de moral que
pesan más que una enciclopedia ilustrada… y la cabeza gacha mientras siento vergüenza
de lo que soy. Una vida errática… volando de un lugar a otro… te acostumbras y
la desidia que trae el TLP ataca de nuevo. No sabía bien porque era experta en
transportar emociones negativas de un lugar del mundo al otro, como si ese
fuera todo mi equipaje. Dolor, soledad y romper a llorar en la soledad de una
cocina en un país que no reconoces, en un lugar que no es tuyo… como si alguna vez hubieras tenido un
lugar. Que absurdo… mientras lo que fue tu mundo se hunde y se llena de telarañas
y no sabes bien que es el mundo que te espera, al que enfrentas cada día. Y eres
un jodido alienígena que trata de pasar desapercibido, como si te hubieras
escapado del área 51 y tu único destino fuera no volver a “casa”. Yo huí de
tantos sitios, lugares, situaciones… no sé si al final lo único que quiero es
huir de mi pero me persigo. Demente a ratos, cuerda a veces… pero la sensación de
pena creo que es permanente.
Ocultando
la mierda con una sonrisa, parece que cada vez se me da mejor ser maniquí articulado.
No siento, voy y actúo lo mejor que puedo y me retiro antes de que el telón
caiga.
Las
noches no son mejores ni peores que los días, las horas pasan y ya no me
importan los horarios o si se me escapa alguna “RUTINA” de esas que para mí
nunca rutina. Y aunque no sea un desastre, o eso tratan de explicarme… me
siento como un animal apaleado que insiste en ir siempre por el mismo camino.
No sé
si hay alguien o si ya se fueron, no sé si puedo o si es que no quiero… Los días
pasan, la vida corre y yo sigo tan amargada… No vuelven las ganas, ni ganas de
que vengan esperanzas… todo lo que suene ilusión es mierda. Ya no busco a nadie
porque deje de encontrarlos hace mucho, no sé quien soy pero no soy de nadie. No
sé dónde voy, pero sé que voy sola. No sé lo que deseo, pero ya se lo que no
quiero nunca más.
Y digo
que sigo mal, en crisis y con miedo de caer en una nueva depresión… no puedo
permitirme el lujo si no deseo morir de hambre. Aunque me asquee y no desee, he
de cumplir obligaciones… me gustaría que los domingos duraran tres días… quizás
así fuera más fácil mentalizarse de la mierda de semana que se avecina.
Soledad,
noche y silencio… la vida es muy diferente pero yo no lo siento dentro. Todo vuelve:
los bajones, los ataques, los amigos…. Todo vuelve, hasta lo que es una mierda.
Comentarios
Publicar un comentario