Resentimiento...

Hay días en los que tengo ganas de poner a personas en su sitio... a personas que en un momento dado de mi vida me han hecho salir de mis casillas, me han hecho de menos o han utilizado su situación para tratar de perjudicar en algún sentido mi avance profesional.

Esta semana me viene a la cabeza la idea de escribir un email a mi antigua jefa dándole las gracias por las pocas oportunidades que me dio; ya que gracias a eso he podido avanzar y me siento ahora feliz en mi lugar de trabajo (pero no logro decidirme porque ha pasado como un año desde que cambie de trabajo, y no deja de sonarme a una manera de alardear o de mostrar rabia...)

Por otro lado, viene a mi mente una de las docentes con las que tuve que "lidiar" cuando realice mis estudios superiores. He valorado como me perjudicó en la nota tanto de sus materias como con otros docentes a los que puso en mi contra y muchos tb optaron por bar mis calificaciones. Algunos compañeros me hicieron saber que cuando yo no estaba presente, ella hacia comentarios poco afortunados que hicieron que otros compañeros estuvieran también en mi contra y a situaciones incomodas.  Yo misma vi como hizo eso mismo con otros compañeros cuando no estaban presentes. Quiso relentizar mis aprobados y sugirió que dejará materias para otro año y me lo tomará con calma juzgando mi situación económica y persona sin saber absolutamente nada de ella. Hizo que una alumna abandonara el curso y la ridiculizo en numerosas ocasiones pese a tener un informe médico de que esta persona padecía un trastorno. Hizo que otra chica no pudiera acabar sus estudios tras usar técnicas poco profesionales para mi gusto, relentizando tb su progreso academico. Y a otra persona le hizo pasar por situaciones similares. Todas contábamos con alguna característica bastante marcada por la que poder ser discriminadas, y siento que es lo que hizo. Pero mandarle un email a estas alturas quedaría un poco locura, teniendo en cuenta que mis últimas comunicaciones con ellas fueron en un tono cercano al desprecio y a la rabia por mi parte. Y que cuando hago estas cosas la gente lo ve como una gran salida de tono, una locura.

Pero no dejo de pensar que ambas fueron injustas. Que no merecía ese trato ni ninguno especial... que deberían tratarme como al resto pese a no encajar conmigo del todo.
He pensado escribir aquí lo que siento y al menos dejarlo reflejado y vaciarme.


Carta a usted, quería profesora B

Me dirijo a usted, gran docente y profesional con la que he tenido el gusto de "aprender".
Una profesional que trata a sus alumnos de manera distinta dependiendo de como sea ese alumno aceptado en el aula.
Una profesional que luce camisetas a favor de causas sociales o que se manifiesta en contra de un estado conservador para encajar con sus colegas de profesión, mientras en su aula muestra una actitud rancia y más bien dictatorial para esconder que es una "más del monton". Mientras se declara liberal y de izquierdas y hace comentarios tipo: "tengo una amiga muy hippy que parió en su bañera. Eso es una locura..." Una persona carente de personalidad propia que se siente amenazada cuando alguien cuestiona sus metodos. Una docente tan poco motivada que se limita a leer el libro de texto y pone programas de tv, carentes de contenido pedagógico, para rellenar espacios vacíos en su clase mientras revisa el móvil o lee el bestseller de moda.

Gracias por no molestarse en ver a cada alumno como un individuo, por ser instigadora y participe de problemas entre alumnos, por hacer todo lo posible por perjudicarme a mi y a otros compañeros, gracias por tratar de convencerme de frenar mi avance y por hablar mal de mi a otros docentes.

Gracias, porque pese a eso acabe mis estudios con buena nota en el tiempo que me había marcado. Me supere como creía que nunca seria capaz de superarme.
Me gustaría en un mundo utópico que usted reflexionara y un día cambiará todas esas actitudes que hacen de usted la peor docente con la que me he topado en mi vida. Y creame, he conocido a bastantes.

Como eso no es posible al menos dejo reflejado de manera pública parte de mi historia; para que si alguien sufre algo similar vea que hay esperanza, y que mediocres hay en muchos sitios. El problema solo existe cuando el mediocre nos haga sentir tan inútiles como el mismo se siente.

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Carta a mi ex jefa S:


Querida S. Han pasado los meses y ahora puedo decir que estoy segura de no haberme equivocado al elegir esta carrera ni tampoco al abandonar ese puesto de trabajo.

Estoy feliz de que no escucharas cuando pedía un leve aumento, para cobrar el mínimo que exige mi titulacion; que me dieras pocas horas forzandome a buscar otras opciones de trabajo, por no valorar cad aportación que hacía al equipo y cada una de las tareas que realizaba incluso por propia iniciativa.
Yo siempre buscaba mejorar la calidad del servicio que ofrecíamos, cumplir escrupulosamente la ley y las políticas de empresa. Se que hay cosas que desconocía, pero se que tampoco nadie me las explicó. Se que llegue a desmotivarme y cada día de trabajo era largo y aburrido. Se que no quise trabajar en esas condiciones callada sin expresar unas demandas básicas.

Gracias porque ahora trabajo para una verdadera empresa. Formo parte de un gran equipo de profesionales en el que me incluyo. Tengo las condiciones de trabajo que me merezco, valoran mi entrega, mis conocimientos y a mi como persona.
He encontrado un lugar que cumple mis expectativas con creces y para quienes yo también las cumplo. Donde agradecen y fomentan la iniciativa y el desarrollo profesional de cada uno de sus empleados. Donde mis clientes me adoran. Donde me han enseñado a ser aún mejor profesional y cada día seguimos aprendiendo como equipo.

Gracias porque no me permitís te que me acomodara a unas condiciones que no eran para mi y eso hizo que yo misma las buscara.
Gracias porque ahora si que soy feliz en mi trabajo.

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La verdad, que una vez expresados estos sentimientos me quedo algo más en paz y puede que ya no necesite que esas personas reciban directamente estas palabras en sus bandejas de entrada.

Como he dicho antes, creo que escribir nos ordena y eso nos sana...