Esos dias... luchando contra el TLP
Volver a caer y darme cuenta de que hay días
en los que no me soporto… días pesados, con nubes, sol… como si hubiera una
electricidad extraña en el ambiente.
La incapacidad de salir de ese bucle me
lleva al llanto y de nuevo la misma pregunta que nunca tendrá respuesta, por
que a mí? Por que yo? Nadie elige el inicio de su vida pese a que afirman que
somos responsables de lo que nos sucede; yo se que aun hay manchas en mi que
parecen dirigir mi mundo con más fuerza que mis propias ganas de cambio.
Hundirse es tan fácil… y darle vueltas a
la cabeza a millones de comentarios y situaciones que parecían no haberme
afectado en el momento y días o semanas después se repiten en mi cabeza como un
puto disco rayado. Mi inseguridad se hace tan latente que se respira, que se me
nota en la cara, en los ojos y hasta en la forma de caminar.
Me siento tan débil como una hoja seca
que es empujada por el viento a su pesar, sin elevarme demasiado porque siento
que podría romperme en pedazos en cualquier momento.
Pasar de estar viva a sentirme inexistente,
sin razón… sin ganas, sin rumbo… casi sin vida. Solo siento que me he mentido a
mi misma diciéndome que ahora estaba mejor, que ya no me caigo tan fácilmente.
Pero aun me caigo y levantarse no es fácil sin estímulos externos que no sé muy
bien si solo son vacios que llenan mi eterno vacio.
No sé si me muevo por decisiones o por
los impulsos de los momentos en los que muero de miedo ante la opción del
abandono, de la soledad, de no tener a alguien con quien compartir mínimamente…
alguien que solo este aunque no de nada o de poco. Sigo en ese punto de mierda,
sigo sin valorar lo que soy y sin saber lo que quiero porque soy capaz de lo
que sea cuando no quiero oír lo que dice mi cabeza.
Cuando mas segura me siento caigo sin
saber muy bien que piedra me hizo tropezar y sigo sin alejarme del todo de
aquello que aun me quema, de aquello que aun me hace sentir un fracaso…
Oír una y otra vez de boca de quien te
dio esperanza descripciones que tú misma haces de ti misma y sentir que mueres
por dentro… te ves pesada, amargada, molesta… como si el mundo estuviera ahí cerca
solo por lastima y no porque tenga nada que ofrecerles.
Mi autoestima es un globo pinchado que
por mucho que trata de hacer crecer se desinfla más rápido de lo que mis
pulmones logran hincharla. Y en esos momentos es como si el reloj estuviera
estancado, no avanza y solo pienso en dormir y hacer así que el mundo
desaparezca.
Siestas con sueños extraños donde se mezclan
personas, lugares, no sé bien que pasa en esos sueños pero me despierto pesada
con emociones de pesar y tristeza. Es como si la amargura no me abandonara ni
dormida, sin dejarme un minuto de descanso. Y caigo, y caigo… y parece que no
hay freno. Me voy viendo caer y cuanto más trato de levantarme más me duele el
ir hundiéndome contra mi voluntad. La razón no puede hacer nada cuando las
emociones inundan el cerebro, saliendo del corazón para instalarse en un lugar
que no es el suyo… contaminándolo todo y haciendo que mi visión del mundo solo
sea una realizar deformada por las gotas saladas que brotan de mis ojos. Un
mundo vidrioso, un mundo que podría romperse si solo lo toco. Y me siento de
nuevo observadora muda, como apartada, como si no formase parte de la realidad
y solo pudiera verla.
Me siento inútil por dentro… como quien
quiere levantarse y sus piernas no le responden. Como el que quiere hablar y su
garganta no emite sonido… como el habla pero no hay nadie para escucharle.
Impotencia… no puedo describirlo de otra manera.
La estabilidad es algo tan frágil, tan
poco duradera… y la soledad ahora es un estado que ha pasado de mi mente a ser
una realidad absoluta. Ha pasado de ser mi miedo a ser mi mundo.
Hoy es uno de esos días en los que no me
soporto y no tengo a nadie que acalle mi mente… uno de esos días que son largos
y pesan, duelen y te hacen no desear la vida.
Comentarios
Publicar un comentario