Inexistente

Como a punto de partir, de forma constante con un ojo abierto por si hay que salir pitando.
Medio feliz a ratos pero con demasiada amargura dentro, amargura que apenas logro contener últimamente y se escapa entre lágrimas mientras ensayo conversaciones en mi cabeza.

Y no es que no acepte la naturaleza cambiante de la vida, pero a veces pienso que sería agradable que algo permaneciera. Quizá por esa situación de cambio constante estoy siempre lista para desaparecer.

Es evidente que haber logrado una vida más tranquila no implica que mis sentimientos hacia mí misma hayan mejorado enormemente, o puede que sí y entonces es que estaba más rota de lo que creía.
Pero sigo en ese punto en el que me gustaría pulsar el botón de pausa para tomar aliento y poder continuar con fuerzas.

Los apoyos no están del todo, pero no mentiré diciendo que soy buena cumpliendo con los compromisos sociales. Aunque admitamos que solo tiramos los unos de los otros cuando estamos solos, y yo la primera.... Esto no debería ser así.
Pero el tema de abrirme al mundo aún es una asignatura pendiente en todo este proceso.

Enfrentarme al mundo hay días que me cuesta demasiado y mi cuerpo no para de "quejarse" entre nuevos problemas de asma, dolores musculares y agotamiento excesivo.
Ahora mismo dependo de medicinas para sentirme medianamente normal.

La ilusión por la vida no ha vuelto a ser lo que un día fue y me pregunto si también era parte de mi idealización constante. El caso es que dejó que los días pasen, a veces sin enfrentarme demasiado a la realidad... Otra veces como anestesiada, pero con esa sensación de que en algún momento tendré que salir corriendo y reinventarme.

El compartir lo que siento con "el mundo real" o el "mundo físico" se !e hace casi cada vez menos apetecible.
Solo le conté a una persona que vivía cerca de mi sobre mi trastorno... No es que me juzgara pero se interesó desde ese punto de a lo !ejor yo también lo tengo... Y con el tiempo al ser una relación que no cuajó, me hace replantearme si debería de haberme guardado esa información solo para mí.
Es como mostrar una oscuridad que no quiero que nadie vea, y en el tema laboral hablar de mi trastorno sería un suicidio en toda regla. Así que aunque mi vida ya no sea una constante de crisis, no encuentro con quién compartirlas.
Y el miedo que sigue estando ahí es la etiqueta de "loca" si intento iniciar una relación en la que me presente a mí misma como borderline.

Llevo varios días aislada de la realidad, y aunque podría sentirme culpable, por otro lado he de decir que mi salud física tampoco me acompaña.
Me pregunto si esto es solo el miedo manifestándose a través de distintas partes de mi anatomía, como sugiere cada artículo que consulto sobre bioemociones o biodescodificacion.
Y es como si la sensación de miedo se resistiera a abandonar partes de mi, partes de mi mente. Ah! Y la culpa, bendita culpa que aunque va pesando menos... Cuando sale a relucir lo deja todo patas arriba.

Pero voy teniendo nuevos propósitos pese al miedo, pese al cansancio y la parte de desencanto que tiñe la mayor parte de mis días.
Uno de los propósitos es cerrar capítulos que llevo arrastrando y que pesan... Poner límite a lo que puedo dar al mundo y el resto entregármelo a mí. Siento que aun queda mucho camino hasta la estabilidad deseada.
Pero parece que esto pasa por enfrentarme a trocitos de caos y traer algo de orden, aunque no sea fácil o rápido.
Quizás los pasos más meditados, pese al miedo, acaben siento los más certeros en años.
Poner en orden el conjunto de variables que aún pueden poner mi mundo patas arriba en un minuto.

Caídas y tropiezos parecen ser parte inevitable del camino, al menos por ahora. Ojalá algún día solo sean cicatrices que recordar.