hace un tiempo...



Hace tiempo que no escribo, hace tiempo que me cuesta que las palabras salgan como antes. Sé que es algo positivo, porque siempre he tenido más facilidad para plasmar en papel mis miedos y mis épocas de bajón que otra cosa.
Los últimos meses han sido como años para mí, han pasado tantas cosas y todo ha cambiado tanto que me siento una persona completamente diferente a la que era hace doce meses.
Físicamente, hace doce meses me iba arrastrando como podía, estaba enferma cada semana y los dolores eran constantes. He recuperado más de 15 kilos y mi salud está mejorando muchísimo, todo el mundo comenta lo saludable que se me ve ahora. Hace un año tenía miedo de estar cayendo en una anorexia o similar.
Emocionalmente entre en mi peor época y los ataques de ansiedad me hicieron creer que estaba completamente loca. A día de hoy soy capaz de pasar días sin ansiolíticos y ya no dependo de ellos para dormir.
En el trabajo empecé a bajar mi rendimiento hasta que por motivos de salud tuve que ausentarme, a día de hoy puedo decir que me siento como hace mucho no me sentía en el trabajo y con mis iguales.
No puedo decir que todo se haya arreglado, pero ya no vivo en el extremo cada día. Hace tiempo que no lloro cada día… porque después de dejar de sentir, volví a caer en la depresión y no llorar era todo un reto.
No me encanta lo que soy, pero puedo decir que cada día me acepto más y que ya no tengo esa idea de “no ser una persona normal”. Creo que simplemente me siento una persona, y como tal soy única. Nadie es igual que nadie y yo tampoco tengo que serlo.
Vuelvo a tener planes, vuelvo a tener poco a poco ganas. Y curiosamente estas Navidades no van a ser tan deprimentes como esperaba, mis primeras Navidades desde que inicie “mi nueva vida”, desde que vivo en el mundo que yo he elegido para mí.
Los conflictos no se han resuelto, pero ya no forman parte de mí día a día. Puedo afirmar que tengo una “vida tranquila” e incluso normal. Sobre todo si miro atrás y veo como estaba hace no demasiado.
La terapia ha sido mi tabla de salvación y todo lo que he aprendido a hacer a través de ella, por primera vez sé que estar bien yo misma es la primera necesidad que he de cubrir. Por mucho que haya renegado, la justa medicación ha hecho que este camino sea posible.
De hecho, yo ya no me siento TLP. No me identifico con la mayoría de los rasgos con los que me he identificado casi toda mi vida, y no digo con esto que me haya curado. Solo que ya no es lo que más resalta de mi personalidad y creo haber empezado a tener algo de control sobre ellos.

La soledad ha dejado de ser lo más aterrador del mundo para mí, he tenido que vivir en ella y eso me ha hecho escucharme. El silencio de la soledad es necesario en algunos momentos de nuestra vida y enfrentarme a m mayor miedo me ha ayudado a tolerar más la frustración. La soledad me ha ayudado a comprender que hay veces en las que solo queda aceptar y esperar en silencio, con uno mismo. Tenía tanto miedo de oírme a mi misma… pero estos meses lo he hecho. El proceso fue lento y al principio apenas dormía, me pasaba el día triste y dándole vueltas a mi pasado en la cabeza. Comprendí muchas cosas que no he sido capaz de ver antes pese a tenerlas frente a mis ojos… y poco a poco ha ocurrido un proceso largo y tedioso de reconstrucción personal en el que todavía me encuentro.
Ser capaz de no depender, ya no me esfuerzo en mantener a nadie en mi mundo. Tengo claro que algunos solo llegan de paso, que otros son salvavidas temporales y que solo unos pocos permanecen.  Ya no siento estar en una época equivocada de mi vida, ya no tengo la necesidad de arreglar un pasado que ya paso…
Solo tengo el AHORA y es en eso en lo que me quiero centrar.

Comentarios

Entradas populares