hay dias que... TLP

Y había días en los que era mejor q no hablara con nadie, xq hablara con quien hablara acababa enfadada. Y muchas veces haciéndole daño, acababa enfadada. Y muchas veces acababa pidiendo perdón por cosas que ni siquiera sentía que había hecho.

Definitivamente era mucho mejor no contarle a nadie lo que le pasaba, era mejor no compartir con nadie esas ideas de angustia y depresión. Para todos era mucho mejor cuando se sentía bien, cuando todo era maravilloso; cuando era alguien súper valiente y un gran ejemplo a seguir. Nadie se preguntaba que había detrás de todo eso, nadie se preguntaba cual era el precio que había que pagar para conseguir todo aquello. Pero bueno, sí que era curioso ver como las personas que tenían una vida mas caótica parecían algo celosos cuando a ella le iba bien, y les encantaba machacarle cada vez que estaba hundida con comentario como: las cosas te van mal xq quieres, te quemas por todo… aunque solo le bastaba con valorar las vidas de esas personas y pensaba: “ Bueno yo a veces estoy mal aunque no me vaya mal, no sé si porque quiero o porque no quiero…, pero al menos sigo adelante. Sigo adelante sola, ya que en muchas ocasiones he tratado de contar lo que me pasa o de pedir ayuda y siempre es lo mismo, siempre es lo mismo… “le das muchas vueltas a la cabeza, te enfadas por cualquier cosa, elevas la voz y te pones como una loca”…

Todos eran testigos y jueces de lo que le pasaba. Todos podían apreciar la parte mala de su “enfermedad”, pero nadie podría apreciar esa enfermedad; porque no era una excusa para ella estar enferma, nunca lo había sido. Era más bien una culpa, un estigma. Ella era así, con una tara. Pero curiosamente podía adaptarse a cualquier medio, podía salir adelante en casi cualquier circunstancia, podía relacionarse con el resto del mundo de una forma más o menos “normal”. Aunque, si que es cierto que con el paso de los años, ni siquiera ella misma sabía si se había comportado de forma normal o de forma anormal toda su vida.

Y bueno… lejos de etiquetas, lejos de nombres, lejos de diagnósticos, ella siempre había sido la rara, la diferente, la que muchas veces salía de tono. Así que un diagnostico no hacía que fuera diferente, y menos un diagnostico que penas compartir con nadie. Y a veces también se arrepentía de haberlo compartido con quienes lo había hecho. Se sentía una idiota, se sentía una bocazas, se sentía un ser un tanto… marginado; pero solo cuando compartía lo que le pasaba. Si decía que le iba bien, parecía como si a todos les entraran ganas de que todo les fuera bien; si a ella le entraban ganas de hacer actividades, los demás tendrían ganas de hacer actividades; si ella se planteaba ir a terapia y lo comentaba con alguien, incluso ese alguien se planteaba el hacer terapia. Pero eso sí, cuando ella estaba mal parecía que todos los demás estaban bien, y no necesitaban terapia, no necesitaban actividades para centrarse, no tenían ningún motivo por el que llorar en su vida. Era diferente cuando ella estaba bien, estaba claro. Cuando ella estaba bien siempre había problemas, angustias… un problema que compartir, una duda que resolver. Ella era especialista en eso: en arreglarle la vida a los demás mientras fingía que a ella le iba genial.

Eso sí, pedir ayuda y mostrarse vulnerable quizás era lo que peor se le daba, quizás era lo q menos aguantaba porque en lugar de recibir palabras que la reconfortaran, palabras como las que ella le ofrecía a los demás en un momento de duda, siempre recibía reproches; esos mismos reproches una y otra vez. Estas mal xq quieres, no tienes problemas ?De q te quejas? , yo estoy mucho peor que tu…, yo en tu situación estaría muy contento… y cosas así. Siempre había algo que ella hacia mal.