Tipos de apego en la infancia y tlp

He encontrado una web que explica muy buen el apego infantil relacionado con los trastornos de personalidad.
Es una especia de liberación leerlo y poder librarme de un poco de culpa cuando pienso en esta condición.

Dejo el enlace.
En la web además hay testimonios maravillosos que merecen la pena ser leídos.

https://www.trastornolimite.com/tlp/del-apego-temprano-a-los-sintomas-del-tlp

El apego con el que más me identifico es el siguiente. Copiado direactmente de la fuente indicada.

"APEGO DESORGANIZADO

El apego desorganizado se caracteriza por temor hacia el progenitor y una carencia de estrategia de apego coherente (Main & Solomon 1986). La categoría de apego desorganizado se ha relacionado con las conductas autoagresivas y potencialmente violentas. Muchos niños que manifiestan problemas de conducta muestran apego desorganizado en la infancia (Lyons-Ruth 1996; Lyons-Ruth & Jacobovitz 1999). Sabemos que muchos trastornos límite han sido considerados “trastornos de conducta” antes de recibir el diagnóstico de TP y que la mayoría de éstos se autolesionan o autoagreden por motivos muy variados, siendo el más frecuente el de la autorregulación afectiva.

Existe evidencia de la asociación entre este estilo de apego con conductas aterradoras o disociadas por parte del progenitor (Schuengel et al 1999; Lyons-Ruth et al 1999a). Las madres que muestran una baja capacidad reflexiva tienden a presentar conductas intrusivas, temerosas, de encierro en ellas mismas y otras conductas que han mostrado ser generadoras de un apego desorganizado en el niño (Lyons-Ruth et at 1999b).

En el apego desorganizado el niño puede experimentar situaciones como las mencionadas en el apartado referido al apego evitativo o ambivalente, pero cuando hay un malestar importante, el progenitor actúa de un modo muy diferente (Sieguel & Hartzell, 2004). Se levanta y va hacia el niño que llora, dispuesto a parar sus molestos chillidos. Le coge con brusquedad y demasiado fuerte. Al llegar el cuidador el niño siente primero alivio, para luego expresar más malestar ante la brusquedad de éste. La respuesta alterada del niño, extrema la conducta del progenitor, retroalimentándose y potenciándose más que regulándose la activación de ambos. El cuidador se ve incapaz de afrontar la situación. Se siente desamparado y sus pensamientos empiezan a fragmentarse. Se conecta con experiencias con su propia madre alcohólica sacudiéndolo. Continúa mecánicamente con el cuidado del niño, pero absolutamente desconectado. El niño aprende así que las emociones intensas llevan al caos, y las asocia a estados de semitrance.

El niño que crece en este entorno tendrá serias dificultades para entender las reacciones del progenitor y para saber a qué atenerse. Es frecuente que el niño asuma responsabilidad sobre la conducta del progenitor. Por ejemplo un niño puede responsabilizarse de un estallido por parte de su madre y pensar en términos de: “se puso así porque le desperté” (obviando la realidad: que son las 18:00 de la tarde y que lógicamente tiene hambre y por eso necesita despertar a su madre). Muchas personas con trastorno límite de personalidad se responsabilizan excesivamente de lo que ocurre a su alrededor, hasta el punto de sentirse responsables de eventos que no tienen nada que ver con ellos. Otros, después de cansarse de este papel se pasan al extremo opuesto: culpar a los demás de todo lo que pasa. Estas atribuciones de responsabilidad y/o culpa pueden oscilar dando la sensación de estar ante una persona inestable e impredecible (cuando en ocasiones lo que ocurre es que se están reproduciendo escenas del pasado o experiencias vividas).

Sin embargo, si situamos estas reacciones en la relación de apego originaria, vemos que muy al contrario, proporcionaron al niño un modo de introducir predecibilidad en un entorno caótico. El niño por un lado necesita el apego con un cuidador (es una necesidad biológica más intensa que el hambre de alimentos). Para tener a qué apegarse, muchas veces ha de construir a un cuidador “bueno”, por la vía de la idealización. Sentirse culpable de la conducta paterna es quizás el único modo de preservar esta figura de apego. Por otro lado ha de defenderse del peligro, que el mismo cuidador representa. El modelo de expresión de agresividad (un elemento nuclear de la respuesta defensiva) es ese mismo cuidador, que expresa esa agresividad a través de reproches, o en ocasiones insultos o maltrato físico. Este modelo se reproduce cuando el adulto expresa rabia, y llena a los que les rodean de reproches y agresividad verbal o física. Muchas veces las críticas a los demás y sobre todo las que se hacen a sí mismos internamente, son reproducciones de verbalizaciones que sus padres les hicieron a ellos. "

Comentarios

  1. Wow...es impresionante porq parece q han escrito parte de mi infancia...cada vez entiendo un poco mejor porq hago lo q hago (o no hago)...

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